Si los cuidadores proporcionan inadvertidamente refuerzo por llorar, quejarse o gritar, antes de requerir mandos vocales apropiados para la edad, se puede establecer un repertorio de mandos vocales aversivos.
Por ejemplo, para evitar y/o escapar del llanto aversivo del bebé, los cuidadores pueden presentar rápidamente el biberón sin requerir primero una respuesta ecoica a la indicación.
Si esta relación se prolonga, el cuidador puede evitar por completo los llantos aversivos del bebé proporcionándole comida, leche y otros reforzadores sin solicitar primero respuestas vocales adecuadas.
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