Autocontrol





Se llama autocontrol a aquellas conductas en las que un individuo se ocupa deliberadamente para lograr resultados seleccionados por él mismo. El individuo mismo escoge los fines u objetivos y lleva a cabo los procedimientos para alcanzar esos objetivos. Puede haber presiones externas que atañen al individuo, tales como la influencia o coerción de los padres, de los compañeros o de la pareja conyugal para que se controlen ciertas conductas. Sin embargo, para que se califique como autocontrol, el individuo debe por sí mismo encomendarse a obtener el objetivo y aplicarse él mismo los procedimientos.

 Por lo general se emplea la noción de autocontrol, para referirse a la regulación de las conductas que tienen consecuencias conflictivas, o sea, que resultan tanto en un reforzamiento positivo como en castigo. Hay dos casos donde las consecuencias chocan; en el primero, las consecuencias reforzantes que siguen a la conducta son inmediatas y las consecuencias punitivas son demoradas. Las conductas que quedan dentro de esta categoría incluyen el comer, fumar, beber alcohol y tomar drogas en exceso. Por ejemplo, el comer excesivamente resulta en el reforzarniento positivo inmediato derivado del alimento. Sin embargo, se retardan las consecuencias aversivas como consecuencias de comer con exceso, tales como las molestias físicas, la obesidad y el ostracismo social, concomitante del exceso de peso. En el segundo caso, las consecuencias aversivas o potencialmente aversivas que siguen a la conducta son inmediatas y las consecuencias reforzantes, si es que están presentes, son demoradas. Las conductas dentro de esta categoría incluyen los actos heroicos, altruistas y caritativos.


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